Lunes, 26 Marzo 2018 16:12

Controlemos el sarampión

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¿QUE ES EL SARAMPION?

El sarampión es una infección respiratoria sumamente contagiosa provocada por un virus. Produce una erupción cutánea que afecta todo el cuerpo y produce síntomas similares a los de la gripe, como fiebre, tos y secreción nasal.

Dado que al sarampión lo provoca un virus, no existe un tratamiento específico y hay que dejar que el virus siga su curso. El niño que contrae sarampión, debe tomar mucho líquido, guardar reposo y evitar que la infección pase a otras personas.

Síntomas: Aunque el sarampión es más conocido por la erupción que provoca en todo el cuerpo, los primeros síntomas de la infección suelen ser tener tos seca, secreción nasal, fiebre alta y ojos rojos. Los niños que tienen la enfermedad suelen desarrollar manchas de Koplik, unas pequeñas manchas de color rojo, con un centro blanco o azulado, que aparecen en el interior de la boca.

La erupción del sarampión comienza de 3 a 5 días después de iniciarse los primeros síntomas, y suele presentarse junto con fiebre de hasta 104 °F (40 °C). Esta erupción de manchas planas de color rojizo suele aparecer primero en la frente, para luego extenderse hacia la cara, el cuello, el tórax y el resto del cuerpo hasta los brazos, las piernas y los pies. La fiebre y la erupción desaparecen gradualmente después de varios días.

El sarampión es sumamente contagioso. Un noventa por ciento de las personas que no han sido vacunadas contra el sarampión se contagiarán al entrar en contacto con una persona infectada. El sarampión se propaga cuando las personas inhalan o tienen contacto directo con fluidos infectados con el virus, como por ejemplo las pequeñas gotas de saliva que rocía (esparce) en el aire una persona que tiene sarampión, al estornudar o toser. Es posible que la persona que ha estado expuesta al virus no presente síntomas hasta 8 o 10 días después.

Las personas que tienen sarampión son contagiosas (pueden pasar la enfermedad a otras personas) hasta 5 días antes y hasta 4 días después de que comience la erupción, y el contagio es aún mayor mientras el enfermo tiene fiebre, secreción nasal o tos.

Prevención:  Por lo general, los bebés están protegidos del sarampión durante los primeros seis meses de vida debido a la inmunidad que les transmiten sus madres. Los niños mayores se protegen vacunándose contra el sarampión siguiendo las regulaciones estatales y escolares.

Para la mayoría de los niños, la protección contra el sarampión es parte de la vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubéola (Triple viral) que se administra entre al año y 5 años de edad.

Por lo general, la vacuna contra el sarampión no suele administrarse a los bebés menores de 12 meses. Si existiera un brote de sarampión, o su hijo viajará al exterior, se le dará la vacuna si su hijo tiene entre 6 y 11 meses de edad. Más adelante, entre los 12 y los 15 meses, y entre los 4 y los 6 años, se le dará la vacuna Triple viral.

Tratamiento: No existe un tratamiento específico para el sarampión. Para aliviar los síntomas, que generalmente duran dos semanas, dele a su hijo mucho líquido y permítale descansar lo más posible. Si su hijo está muy incómodo a causa de la fiebre, dele una medicina para tratar la fiebre que no contenga aspirina, como por ejemplo acetaminofeno o ibuprofeno.

Se debe controlar de cerca a los niños con sarampión. En ciertos casos, el sarampión puede desencadenar otras complicaciones, como otitis media, crup, diarrea, neumonía y encefalitis, que posiblemente requieran el uso de antibióticos y la hospitalización.

Fuente: https://kidshealth.org/es/parents/measles-esp.html

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